Alternativa Republicana Londres
Soy un emigrante al que las dramáticas circunstancias que vive España obligaron a salir del país hace más de un año. Cada vez somos más los españoles que acudimos al extranjero en busca de una vida más digna que la que nos ofrecen en España (este año se calcula que sobrepasemos los 70.000).
Dado que hemos tenido que abandonar nuestro país a causa de un gobierno corrupto que nos ha privado de nuestros habituales medios de vida, presionados por un régimen económico exclusivamente basado en la codicia, también nos consideramos exiliados políticos de una España degradada por la depravación, hundida en el saqueo y sometida a la estafa.
Tal y como nuestros abuelos debieron hacer medio siglo atrás, cuando España se debatía bajo una dictadura militar que condenaba a sus ciudadanos a la miseria, como inmigrantes que somos nos vemos obligados a cambiar de piel para adaptarnos mejor a las nuevas e implacables circunstancias. Hay ingenieros trabajando de friegaplatos, expertos en informática repartiendo pizzas, profesores universitarios barriendo las calles de madrugada… Las viejas pieles de nuestro maltratado acervo español –con la vergüenza adherida a ellas- se han quedado tiradas por el camino, secas e inservibles, esparciendo sobre suelo anglosajón el rastro de nuestra añoranza.
Aunque estemos fuera de España, nunca aceptaremos que el nuestro es un pueblo de bueyes, nunca torceremos la testuz ante un gobierno de oligarcas. Algún día -todos confiamos en que cercano- alguien tendrá que pagar por esta inadmisible situación que nos imponen una economía pervertida, una clase política abyecta y un sistema de gobierno representado por un monarca derrochador, ilegítimo y sátrapa... ¿Quien habló de echar un yugo sobre el cuello de esta raza? Se acerca el crepúsculo de los bueyes y el pueblo español está ya viendo el alba. Por encima de los fusiles y en medio de las batallas, sabrá pelear con coraje contra los canallas que ahora lo aplastan.
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